¿Cómo regulan los gurúes digitales el uso de pantallas de sus hijos?
No me quedo offlineArtículo1 de junio de 2021
¿Sabes qué problemas que genera la sobreexposición digital? En este artículo te contaremos la actitud que tienen los desarrolladores de estas plataformas respecto a su uso.
Una de las herramientas más relevantes en la educación de nuestros hijos es la formación de hábitos positivos. Si uno, por ejemplo, es capaz de generarle a su hijo de 4 años el hábito de lavarse los dientes, pueden pasar 70 años y si sale una mañana sin lavárselos, va a sentir su boca sucia. En este artículo revisaremos: los problemas que genera la sobreexposición digital, cómo ciertos hábitos se rompen por el exceso de pantallas, la actitud que tienen los desarrolladores de estas plataformas y tips para regular su uso.
Hoy, en el mundo de la investigación del área digital, se podría afirmar que existe un consenso que el problema con el uso de la tecnología en menores no es el acceso a ésta, sino que la falta de regulación y su utilización para aspectos recreacionales y poco productivos. Es decir, el impacto negativo estaría relacionado por el tipo de contenido al que se accede, la falta de mediación que ejercen los padres y el tiempo prolongado de uso. A nuestro juicio, hay tres preguntas fundamentales que necesitamos responder pensando en el desarrollo de políticas que permitan regular su uso en los hogares:
¿Qué impacto tienen las pantallas en nuestros hijos?
Diferencias en el desarrollo. El estudio longitudinal más relevante que se ha hecho hasta el momento, fue realizado por el Instituto Nacional de Salud en EE.UU. y determinó que los niños conectados a pantallas por más de 2 horas al día tienen peores resultados en tests de lenguaje y pensamiento. Así también, los que usan smartphones, tablets y videojuegos por más de 7 horas diarias, muestran diferencias significativas en sus imágenes cerebrales, con un adelgazamiento de la corteza cerebral.
Aumento de obesidad infantil. Diversos estudios han mostrado que la obesidad infantil en etapa de post lactancia no solo estaría relacionada con hábitos más sedentarios que facilita el uso de tecnología, sino que comer frente a la pantalla, ya que es tanta la atención que produce el contenido, que no se darían cuenta de la sensación de saciedad. La Asociación Americana de Pediatría establece que los jóvenes que ven más de 5 horas de TV al día tienen 5 veces más probabilidades de desarrollar obesidad que quienes ven entre 0 y 2 horas. Así mismo, se considera un factor de riesgo de obesidad el estar expuestos por más de 1,5 horas a pantallas en los niños entre 4 y 9 años.
Relación con Déficit Atencional. Un estudio que observó por dos años a adolescentes entre 15 y 16 años sin Déficit Atencional e Hiperactividad, asoció el sobreuso de pantallas con la aparición de este tipo de síntomas. Ojo, porque el estudio destacó que aquellos niños que utilizan videojuegos como actividad familiar en conjunto, no presentaban el desarrollo de los síntomas, solo se daba en aquellos que jugaban conectados y de forma individual.
Afecta los hábitos de sueño. Tanto la luz de las pantallas como los contenidos estimulantes perturban el buen dormir. Un niño que pasa demasiadas horas conectado, especialmente antes de acostarse, puede tener dificultades para quedarse dormido o mantener el sueño durante la noche. Profesionales también observan que hoy el sueño se ve afectado porque niños y jóvenes se despiertan durante la noche, cuando el resto de la familia está descansando, para conectarse a jugar con niños que están en otra zona horaria.
Disminución de la empatía y la compasión. La sobre exposición a pantallas afecta un área del cerebro llamada ínsula, relacionada con la habilidad para desarrollar empatía y compasión por los demás. Las habilidades sociales se desarrollan y aprenden a lo largo de la vida, sin embargo, la infancia y adolescencia son momentos claves para esto. Pasar gran parte del tiempo libre en videojuegos y aplicaciones, impide ejercitar comportamientos sociales y de comunicación que se facilitan en el contacto cara a cara. De acuerdo a Asociación Americana de Pediatría, la sobreexposición a videojuegos puede causar el desarrollo de un trastorno adictivo, que afectaría también el desarrollo social de la persona.
¿Cómo han respondido a estas amenazas algunos de los desarrolladores de la industria y gestores del avance tecnológico?
Steve Jobs. Para el creador de Apple era una regla no estar conectado en las comidas familiares, y esta regulación se extendía tanto para su esposa como hijos. La hora de comer en familia se destinaba a conversar, compartir historias, y comentar libros. Nunca hubo un Ipad o un computador sobre la mesa.
Bill Gates. El cofundador de Microsoft ha mencionado numerosas veces lo estricto que fue limitando el tiempo de pantalla de sus hijos, especialmente antes de la hora de acostarse, y que no tuvieron celular hasta que cumplieron 14 años. La hora de comida también es libre de pantallas en su familia.
Alexis Ohanian. Fundador de Reddit, recientemente afirmó en CNBC: “Mi esposa y yo queremos que nuestra hija tenga limites respecto al uso de pantallas. Me encantaría jugar videojuegos con ella cuando sea grande, pero antes de eso es muy importante que tenga tiempo de aburrirse, de estar con sus propios pensamientos y juguetes”.
Evan Spiegel. El cofundador de Snapchat no sólo limita el uso de tecnologías a su hija de 7 años a una hora y media semanal, además valora que sus padres hayan regulado su propia exposición a la TV hasta ser adolescente. Dice que esto le permitió dedicar tiempo a otras actividades mucho más significativas como jugar y leer.
¿Qué hábitos debería desarrollar una familia para ayudar a regular el uso de pantallas?
Actividades que generen vínculo familiar. El uso de tecnología aísla a las personas al hacer que se focalicen en su actividad individual. Si uno piensa en las actividades familiares que se practicaban en su niñez podría decir: “En mi casa, nosotros hacíamos…” o “cuando éramos chicos, jugábamos con mis papás a…” Es importante entender que las rutinas y tradiciones familiares permiten construir vínculos fuertes que posibilitan educar niños felices. Es fundamental desarrollar rutinas familiares como una noche de cine familiar, o de juegos de mesa o cualquier tradición que nos permita conectarnos como familia.
Entender la relevancia que tiene la alegría en el hogar. Son dos los aspectos que se deben considerar en este sentido. Por una parte, sabemos que la tecnología le entrega placer a sus usuarios producto de la sensación de control que otorga. Y por otra parte, también entendemos que toda adicción tiene una cuota de escapismo. Cuando nosotros le preguntamos a los escolares de qué se escapan cuando prefieren sus pantallas antes que la interacción familiar, muchas veces nos dicen de la amargura que ven en sus hogares. Si nosotros reclamamos por el trabajo, lo duro del transporte o las dificultades que tenemos en nuestro día a día, es muy poco probable que ellos quieran levantar su vista para vernos. Debemos traer felicidad al hogar.
Generación de intereses. Se sabe que el uso de tecnología genera una gran cantidad de placer en los más pequeños, y el principal problema es que los niños van perdiendo interés en actividades que antes realizaban porque dejan de serle tan gratificantes al compararse con el uso de dispositivos. Es por ello que el principal esfuerzo de los padres hoy debe ser la promoción de actividades extra programáticas, paseos, deportes y/o intereses musicales. De lo contrario los niños van a llegar a la casa a conectarse. Tampoco sirve la crítica constante, es mucho más efectivo incentivar la creación y desarrollo de intereses.
PhD en Information and Communication Sciences. Profesor de la Facultad de Comunicaciones y del MBA en la Pontificia Universidad Católica de Chile, director del think tank TrenDigital y EducomLab.
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